La calidad y el rendimiento del óxido de zinc dependen, en gran medida, del proceso de producción. Existen tres métodos principales: el proceso francés (indirecto), el proceso americano (directo) y el proceso húmedo.
Proceso francés/indirecto: Utiliza zinc electrolítico de alta pureza (SHG) y garantiza un producto con baja impureza, ideal para cosméticos y farmacéuticos.
Proceso americano/directo: Emplea minerales de zinc o subproductos industriales, pero puede ofrecer menor pureza y genera más emisiones por uso de combustibles fósiles.
Proceso húmedo: Permite obtener alta pureza usando zinc reciclado y controlando las condiciones de reacción, siendo una alternativa más sostenible.
En el mercado actual, el proceso francés domina debido a la demanda de sectores que requieren pureza y control de tamaño de partícula. Elegir el proceso adecuado no solo impacta en la calidad del producto final, sino también en su aceptación en industrias de alto valor agregado.
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